La felicidad tiene el mismo efecto que al dejar caer una piedra en un estanque. Su efecto se irradia hacia el exterior en anillos cada vez mayor, que afecta a todo lo que toca, iluminando la vida de cada persona, a su vez. Rodearse de gente feliz, estar cerca de una persona feliz, incluso conocer a alguien que conoce a una persona feliz… te hace más feliz!!
La felicidad es contagiosa, dice el médico de la Universidad de Harvard y sociólogo Nicholas Christakis.
Usando datos del estudio que dio seguimiento a 5.000 personas mayores de 20 años, Christakis ha seguido el camino de la felicidad. Él encontró que estar rodeado de personas felices nos hace más felices, y que el contacto no tenía por qué ser directo para traspasar la felicidad. El modelo ha trabajado tanto con los vínculos sociales, como estar rodeado de familiares y amigos que estaban contentos, y con la proximidad física simple. El solo hecho de estar en la misma habitación o en la línea de salida con una persona feliz o cruzarse a una persona que sonríe en la calle permite el suficiente contacto para "atrapar" la felicidad.
¡¡Empecemos a contagiarnos!!
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